Las “campestres” : una fiesta tradicional para los haitianos

El Traje de voto es un vestido multicolor cultural del vudú utilizado durante las peregrinaciones (Foto: G. Lubrun)

Muchos haitianos viven una experiencia sin precedentes en las fiestas campestres. Este tipo de celebraciones con una tradición que pasó de generación en generación constituyen para estos seguidores un encuentro realmente ineludible cada año.

Las fiestas campestres ¿qué son? Revisten un carácter multifacético. De una simple fiesta patronal a las manifestaciones voodistas que unen a los creyentes pasando por festivales, ferias gastronómicas y otros eventos culturales paralelos, estas son algunas expresiones de fiestas campestres en Haití. Causan desplazamiento entre los diferentes departamentos geográficos en el interior del país porque muchas personas que viven en un municipio de un departamento pueden tener sus fiestas favoritas en otro.

Si cada una de las iglesias católicas romanas establecidas en una región tienen un patrono o una patrona, este criterio sólo no implica la existencia de una fiesta campestre.

Las fiestas patronales que atraen la gran muchedumbre y que constituyen estas fiestas campestres, en general, son las que se desarrollan entre junio y septiembre en todo el territorio de Haití. Estas celebraciones que mezclan el sincretismo religioso con los creyentes católicos y los practicantes del vudú son las más famosas si se considera la participación popular. Las más conocidas son : la Mont Carmel celebrada en Saut d’Eau en el departamento del Centro el 16 de julio ; la St Jacques Majeur, en Plaine du Nord en el norte el 24 de julio ; la Nuestra Señora celebrado en Puerto Príncipe, la capital, y en Petit-Goave, en el oeste y Cabo Haitiano en el norte, en Les Cayes, en el sur ; la Saint Dominique en Marigot el 4 de agosto en el sureste ; la Saint-Louis rey de Francia el 25 de agosto en Jérémie en la Grande-Anse y en Mirebalais, en el departamento del Centro ; y la Natividad para Dame Marie en la Grande-Anse, el 8 de septiembre.

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Una protección contra el mal

Philomène 35 años de edad, devota creyente en la Monte Carmel, que lleva el vestido de votos como se denomina comúnmente, viene este año, por octava vez consecutiva, a agradecer a esta santa bienhechora por los dones recibidos : “Todos los años, yo no puedo pasar sin venir a expresar mi gratitud a Mont Carmel. Es para mí una madre que vierte abundantes bendiciones sobre mí, mi familia. Esta gracia de Mont Carmel hacia mí la veo manifestarse en mis actividades diariamente.” Philomène se niega a participar en los otros eventos que se celebran antes de la fiesta de Mont Carmel o el mismo día para dedicarse a los rituales de oración con una vela en la mano en los escalones de la entrada del templo.

El famoso músico tamborilero haitiano Léonord Fortuné apodado Azor, sacerdote vudú, dedicó la mayor parte de su vida a venerar a Mont Carmel. Muerto recientemente, Azor inmortalizó la experiencia de Saut d’Eau cada 16 de julio.

Cathline, comerciante y fiel católica, confesa su afecto a Nuestra Señora el 15 de agosto. Desde el principio, afirma que “Mamá Nuestra Señora” la defiende contra toda obra maléfica. “En este país difícil para protegerse de maleficios, no hay nada mejor que Nuestra Señora, para hablar en su defensa,” ella dice.

En un país como Haití donde la gente tiene muchas creencias, las fiestas campestres tradicionalmente llegan, en sus múltiples formas de expresión, a ser una experiencia única para los que todavía no conocen las confesiones religiosas, voodistas y laicas.