Carnaval de Guadalupe : ¿un carnaval en evolución ?

El Carnaval de Guadalupe se estructuró, en el curso de los años. Cada municipio de la isla tiene, desde ahora, un o varios grupos carnavalescos. Un calendario reune todos los desfiles. Estos aficionados al carnaval que se dicen libres pagan con su propio dinero sus trajes y decorados. Existen frenos para la integración completa del carnaval en la economía guadalupeña.

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Desde hace algunos años reina una buena armonía entre los cuatro organismos que federan esta manifestación popular, el carnaval :“Federación del Carnaval y de las Fiestas de Guadalupe” (FCFC) apodada “La Fédé” ; “Federación guadalupeña del Carnaval” (FGC) ;“Agrupamiento para la Cultura y el Carnaval en Región de Pointe-à-Pitre” (GCCRP, en francés) ;“Koléktif Mas Kiltirèl”. Ya no hay competencia estéril entre estas asociaciones y, hoy, un verdadero programa que reagrupa todos las manifestaciones del carnaval en el archipiélago guadalupeño está presentado al público. La capital de Guadalupe, Basse-Terre, y la ciudad de Pointe-à-Pitre no son los únicos lugares donde se desarrollan los desfiles. Además, desde hace algunos años, casi todos los municipios del Departamento poseen un o varios grupos de carnaval y, ahora, sus opiniones son importantes en la organización y el desarrollo del carnaval.

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Para el amor del carnaval

Aunque los dos momentos más importantes son la parada del domingo de carnaval en Pointe-à-Pitre y la parada del martes de carnaval en Basse-Terre, el carnaval se ha decentralizado con grandes desfiles en los municipios, total, encuentros que uno no puede perderse…

Cada año, el público se queda maravillado por el talento, las proezas y la imaginación que demuestran los “carnavaleros” para fabricar sus diferentes trajes y sus decorados o para componer sus músicas y sus coreografías. Sin embargo, estas personas no reciben dinero para producir tal espectáculo. Al contrario, sacan dinero de sus bosillos para comprar todos los materiales necesarios para la temporada carnavalesca. En otras palabras, los aficionados al carnaval pagan para ser admirados y animados por el público.

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Para un carnaval libre

Si algunos responsables políticos y económicos consideran el carnaval como una posibilidad de crear una “obra de inserción profesional” y creaciones de empleos, tendrán que encontrar ahora la mejor manera para que esta “profesionalización” sea aceptada por los aficionados al carnaval. Tendrán que convencer a estos hombres y a estas mujeres que el turismo es un sector económico indispensable y que el territorio debe ser atractivo…con el carnaval también. Tendrán que convencer que los millónes de devisas que puede entrojar esta tradición no terminarán en los bolsillos de los “grandes capitalistas” o de “gente venida del extranjero que no tiene nada que hacer de los Guadalupeños”, como dicen algunas personas recalcitrantes.

Eso no será muy fácil porque los aficionados al carnaval preconizan, ante todo, su libertad de ser hombres y mujeres después de la esclavitud, su libertad de pensar, crear, reivindicar, burlarse y desfilar.