El carnaval caribeño, más fuerte que Irma y María

Es gracias a este optimismo natural que todas las islas que fueron duramente afectadas decidieron celebrar su carnaval a pesar de todo, algunas semanas después del desastre.

Tras el paso de los dos grandes huracanes en el Caribe en septiembre pasado, muchos creían que todo había terminado para las islas devastadas. Vimos a la gente abandonar nuestras islas con prisa y volver a casa; vinieron a buscar en nuestra región una vida sin ningún problema – que no existe en ninguna parte – y se encontraron con dos furias… Si por un momento este choque terrible nos hizo dudar, sabíamos que nos levantaríamos, lenta pero seguramente. Es gracias a este optimismo natural que todas las islas que fueron duramente afectadas decidieron celebrar su carnaval a pesar de todo, algunas semanas después del desastre. “¡Esto es increíble!”, dicen ciertas personas…

Este fue el caso de Santa Cruz en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos en diciembre pasado, y este fue el caso de San Martín, San Bartolomé, Dominica y Puerto Rico con la ciudad de Ponce durante este mes de febrero. Aunque las festividades se redujeron considerablemente, se mantuvieron para permitirles a estos habitantes olvidar las desgracias mediante el canto, el baile, la música, las artes plásticas, el diseño, la costura por ejemplo, en resumen, expresar toda esta hermosa creatividad que tiene. El carnaval es, sin duda, un remedio para el pueblo.

En el Caribe, el carnaval no tiene lugar en el mismo periodo. Casi la mitad de las islas acaban de celebrar esta gran fiesta popular, es decir antes de la Cuaresma. Eran Bonaire, Aruba, Curazao, Trinidad y Tobago, Carriacou (Granada), Martinica, Dominica, Guadalupe, San Martín, San Bartolomé, Puerto Rico (ciudad de Ponce), Haití y la República Dominicana. Cabe señalar que los dominicanos continúan las festividades del carnaval que se cerrarán el 4 de marzo con un gran desfile nacional con todas las provincias de la isla en la capital, Santo Domingo.

Las demás islas eligieron distintos períodos del año para organizar su carnaval: San Cristóbal (noviembre-enero); Montserrat (diciembre-enero); Islas Vírgenes de los Estados Unidos/Santa Cruz (diciembre-enero); Las Bahamas (diciembre-enero y varias fechas en el año en las diferentes islas del archipiélago); Jamaica (febrero-abril o del domingo de Pascua al fin de semana siguiente); Islas Vírgenes Británicas/Virgin Gorda (abril); Islas Vírgenes de los Estados Unidos/Santo Tomás (abril-mayo); Islas Caimán (abril-mayo); Sint Maarten (abril-mayo); Islas Vírgenes de los Estados Unidos/San Juan (junio-julio); Santa Lucía (junio-julio); San Vicente (junio-julio); Cuba, ciudad de Santiago de Cuba (julio); Sint Eustatius-Statia (julio); Saba (julio-agosto); Islas Vírgenes Británicas/Tortola (julio-agosto); Antigua & Barbuda (julio-agosto); Granada (julio-agosto); Barbados (julio-agosto); Anguila (agosto); Islas Turcas & Caicos (diciembre).

Esta variedad de fechas se debe a la historia de cada territorio, pero también se debe a la situación económica de las islas. Para tener más turistas extranjeros en su isla e invitar a vecinos caribeños a las celebraciones carnavalescas, es mejor no competir demasiado con muchas otras islas de la región. Por consiguiente, el carnaval no es sólo un momento popular para divertirse y estar unidos, sino que también es un momento para desarrollar la economía de los territorios.

Los cultivos agrícolas tradicionales ya no existen o están en fuerte declive, el carnaval (y de manera más general la cultura) se ha convertido en una verdadera industria nacional no controlada por cualquiera porque no sólo es parte de las entrañas de los pueblos, sino que es sobre todo un asunto de Estado.

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