Kréol West Indies celebra el arte y el patrimonio

Vincent Nicaudie: “Nunca he sido tan feliz. Tengo la fortuna de poder ganarme la vida con mi pasión por los objetos antiguos y el arte contemporáneo".

Desde hace 6 años, Kréol West Indies abrió sus puertas en el archipiélago de Guadalupe. Esta galería-museo que combina el arte contemporáneo y los objetos antiguos y organiza eventos dedicados a las artes escénicas fue creada por Vincent Nicaudie. Es frecuentada por una clientela local y turística.

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Kréol West Indies está instalado en dos lugares en el archipiélago de Guadalupe: el primer se inauguró, en 2012, en el municipio de Grand-Bourg en la isla de Marie-Galante; el segundo, en 2015, en el largo camino hacia la Pointe des Châteaux en el municipio de Saint-François, Guadalupe.

El hombre que creyó este concepto bastante original es Vincent Nicaudie. Originario del suroeste de Francia, pasó su infancia en África. Llegó a Guadalupe hace más de treinta años y dirigió hoteles en San Bartolomé, Martinica y Guadalupe. “Mi última experiencia como gerente fue un fracaso, en lugar de derrumbarme pensé en cómo recuperarme y construí el proyecto “Kréol West Indies”. Para mí, era natural porque desde que llegué aquí, había comenzado a coleccionar objetos antiguos, me gustaba la historia del Caribe, todo lo que tenía que ver con la etnoarqueología, la trata de esclavos, etc. También, soy un amante del arte caribeño y muy especialmente de la pintura. En 2012, tuve la idea de combinar mis dos pasiones creando un establecimiento que era al mismo tiempo un museo y una galería de arte”, contó.

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Comprender la sociedad antillana

Como no quería hacer las cosas a medias, Vincent Nicaudie también pensó cuidadosamente antes de elegir el nombre de este espacio cultural de nuevo tipo. Entonces, se inspiró en el “Kréol Jazz” caribeño del álbum “Andréa” del famoso saxofonista guadelupeño y fundador del “Caraïbe Jazz Ensemble”, Cécé Germain que murió en 1998. “El Sr. Germain Cécé era un buen amigo mío. Elegí esta ortografía “Kréol” para quitar la parte francesa de la palabra. Además, la sigla de “Kréol West Indies” – KWI – representa el “kwi” (la calabaza cortada a la mitad) por consiguiente la lengua amerindia. Representa toda la historia, un símbolo”, dijo.

Por otra parte, Vicente Nicaudie se enriqueció intelectualmente mediante la lectura de libros, por ejemplo, sobre la negritud de Aimé Césaire, el “todo mundo” de Édouard Glissant, la alienación Frantz Fanon o la criollidad de Patrick Chamoiseau y Rafaël Confiant. “Era importante para mí entender, asimilar la sociedad en la que vivo. Hoy, reivindico mi condición antillana, cuanto más tiempo pasa y más me siento antillano. Aprendí sobre el pasado de Guadalupe y la región donde vivo para entender a la gente”, dijo.

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Una parte del patrimonio guadalupeño

Seis años después de su creación, Kréol West Indies se convirtió en uno de los mayores lugares culturales locales. Muchos visitantes vienen para admirar allí obras de arte contemporáneas durante exposiciones temporales, pero también para descubrir la exposición permanente de una multitud de objetos antiguos que datan de los siglos XVIII, XIX y XX, y que representan una parte del pasado histórico y económico, arquitectónico y cultural de Guadalupe.

En efecto, con los muebles criollos, se exponen con orgullo prismáticos de oficial de la marina, sextante de bolsillo, cadena de esclavo, trituradora, máquina de coser mecánica, radio de transistores, monedas, damajuana, “karo” (en criollo) o plancha, mortero y pistilo, lámpara de petróleo, rallador de yuca, rallador de coco, piedra para filtrar, tostador artesanal, piedra de massalé, piedra de cacao, botella, jarrón, jarra, pote de “chodo” (en criollo/crema de huevos y leche), “chaltouné” (en criollo) o antorcha… en resumen, un gran número de objetos que nuestra modernidad sumergió en el olvido. Por supuesto, si esta visita es un descubrimiento total para los jóvenes, por ejemplo los alumnos de las escuelas, en cambio, causa una gran nostalgia entre nuestros ancianos…

La animación cultural es también una de las actividades de Kréol West Indies, en particular con las “Night in the Museum” en las que participan artistas locales (pintores, artistas plásticos, artistas de graffiti, cantantes, músicos, escritores, poetas, slammers, directores, etc. ) y el público. El sábado, 7 de abril, a las 7:30 de la noche, se organizará la 13ª edición de esta reunión trimestral dedicada a las artes escénicas sobre el tema “Urban Masai”.

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Una salida para el arte caribeño contemporáneo

Con su tienda, Kréol West Indies participa en el desarrollo económico mediante la venta de productos artesanales locales y en la reinserción profesional mediante la venta de bolsas hechas con velas recicladas de barcos por trabajadores discapacitados de los Establecimientos y Servicios de Ayuda mediante el Trabajo (ESAT) en Francia. “Yo había encontrado a una persona en Marie-Galante que quería hacer productos con velas, pero padeció el chikungunya y el dolor en las articulaciones de sus manos, ahora, ya no le permite considerar esta actividad”, explicó el propietario de KWI.

La clientela del Kréol West Indies son guadalupeños y turistas. Este espacio cultural representa una salida importante para el arte caribeño contemporáneo, especialmente la pintura. Hay obras de artistas locales como Jean-Marc Hunt, Félie-Line Lucol, Bénito, François Piquet, Yves Bercion, Catherine Plugiési-Conti, Piaf, Yeswoo y también artistas internacionales. “Turistas de varias nacionalidades se detienen para visitarnos. Por cierto, hay estadounidenses, pero tendemos a olvidar a los rusos que viven en los Estados Unidos y que vienen cada vez más a Guadalupe desde la apertura de las líneas de Norwegian Airways. Estos visitantes nos compran pinturas (…)”, dijo.

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El arte por la ayuda humanitaria

Además, la galería-museo participa en varias acciones humanitarias. En efecto, ayuda a “Terre d’Azur” que interviene en los países de África Occidental (Togo, Benin, Senegal, etc.) de dónde vienen algunos artículos que se venden en la tienda y los ingresos se transfieren a esta asociación humanitaria que se dedica a cuidar a las poblaciones. Participó en “Mobilis for Haiti” y en “Art for Irma and Maria”, esta operación que consistió en subastar obras de arte en el sitio web Ebay y en la galería en favor de las víctimas de estos dos huracanes en las islas caribeñas, el año pasado.

Hoy, Vincent Nicaudie divide su tiempo entre sus dos establecimientos. Por fin encontró su verdadero camino profesional en nuestro archipiélago. “Nunca he sido tan feliz. Tengo la fortuna de poder ganarme la vida con mi pasión por los objetos antiguos y el arte contemporáneo. Estudié derecho y gestión, pero mis padres, especialmente mi madre quien era profesor de inglés, me transmitieron esta pasión por la cultura. En la vida, todo está conectado”, dijo.